jueves, 31 de marzo de 2011

Robert Rauschenberg y la Posmodernidad

Robert Rauschenberg

Pintor y escultor que nació en Port Arthur, Texas en 1925 y murió en Captiva Island, Florida en 2008.

Pintor, fotógrafo, impresor, coreógrafo, performer, escenógrafo y, en los últimos años, compositor, Rauschenberg desafió la idea tradicional de que un artista está atado a su medio de expresión. De hecho forzó y alteró todos los soportes con los que trabajó.


Su obra se yergue sobre el legado de Marcel Duchamp, Kurt Schwitters, Josepth Cornell y contribuyó a borrar las líneas de separación entre pintura, fotografía y artes gráficas. Su actuación fue decisiva para empujar al arte estadounidense más allá del Expresionismo Abstracto, omnipresente a comienzos de los cincuenta. Él fue el hilo conductor entre la obra de Jackson Pollock y Willem de Kooning y la de aquéllos que vendrían después: artistas identificados con el pop, el arte conceptual, los happenings, el arte procesual y muchos otros nuevos estilos en los que desempeñó un papel destacado.

La posmodernidad en el arte contemporáneo.

A partir de los años sesenta, el arte contemporáneo ha sufrido una serie de cambios que podrían denominarse como posmodernos. Estos cambios, sentaron las bases para nuevas prácticas artísticas que habrían de regir por completo la producción artística hasta nuestros días.


Es posible que Habermas acierte en algo. En efecto, algunas prácticas modernistas siguen existiendo, pero también hans surgido innumerables condiciones socioculturales que corresponen a una etapa nueva. Las prácticas actuales en el arte, requieren de nuevas interpretaciones que se adapten a sus condiciones. Los conceptos modernos como obra maestra, artista y aura, ya no pueden explicar nuestro arte acutal y, en cambio, han surgido nuevos conceptos más adaptables: escultura en el campo expandido, post fotografía, instalacion, por citar algunos ejemplos.

Es, pues, momento de adentrarnos en nuestro tiempo y nuestras condiciones. El arte ha sido, desde siempre, reflejo de la realidad humana y hoy no es la excepción. La tarea no es fácil, pero si requiere atención: comprender, en todas sus caras, nuestro tiempo.


La posmodernidad, entendida como una nueva etapa histórica que rompe con los fundamentos tradicionales de la modernidad (progreso, grandes relatos, creencia en las causas sociales) y, en cambio, establece nuevos parámetros sociales y culturales (narcisimo, multiculturalidad, fragmentación de la experiencia), rige en nuestros días la totalidad de la producción artística. ¿Cuándo podemos considerar que una obra de arte es posmoderna? Por supuesto, existen muchos factores que determinan la condición histórica de una obra de arte. Si seguimos la idea de que “la obra posmoderna se rige por los parametros de reproducción y pérdida del aura”, entonces podríamos entender la fotografía, en tanto que es un medio inherente a la reproducción masiva, como un arte auténticamente posmoderno.


En la actualidad, la fotografía se ha vuelto una práctica constante dentro del arte. Ya no es preciso llamar ‘fotógrafo’ al que hace fotografías. Muchos artistas usan la fotografía como un medio, no como un fin. Por ejemplo, Robert Rauschenberg, artista norteamericano nacido en 1930 y unos de los más influyentes del siglo XX, tomaba fotografías que posteriormente convertía en serigrafía. Así, no quedaba rastro de la toma fotografica más que en el lienzo serigrafiado.


En su libro Sobre las ruinas del museo, Douglas Crimp dice:

“Si bien llamar pintor a Rauschenberg durante la primera década de su carrera sólo causaba una ligera incomodidad, cuando abrazó sistemáticamente la fotografía a principios de los años sesenta fue haciéndose cada vez más difícil considerar su obra como pintura, puesto que era más bien una forma híbrida de impresión. Rauschenberg había pasado definitivamente de las técnicas de produccion (combinaciones, montajes) a técnicas de reproducción (seda estarcida, dibujos calcados). Es esta actividad la que nos hace considerar el arte de Rauschenberg como posmodernista. Mediante la tecnología reproductora el arte posmodernista prescinde del aura. La ficción del sujeto creador cede el sitio a la franca confiscación, la toma de citas y extractos, la acumulación y repetición de imágenes ya existentes.


Sin embargo, han surgido algunas voces que no están de acuerdo en considerar la tecnología reproductora como determinante para el arte posmodernista. Algunos teóricos como Jurgen Habermas, han dicho que la modernidad no ha muerto todavía; “los resabios de las prácticas modernas no nos han dejado. Las seguimos practicando muy a nuestro pesar y dudo que la modernidad haya muerto completamente”

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